La miel es un producto natural que presenta múltiples propiedades positivas para nuestra piel. Generalmente no suele reaccionar en pieles sensibles, no obstante debemos extremar siempre la precaución a la hora de probar un nuevo producto (por natural que sea) y realizar una prueba antes de aplicarlo en toda la cara.
Realizadas estas advertencias, vamos a ver cuáles son algunas mascarillas frecuentes para nuestra miel.
Miel cristalizada.
Si tenemos miel en casa que se nos ha quedado cristalizada, puede actuar como un buen exfoliante natural puesto que sus micro partículas acturás como gránulos masajeadores en los proros de nuestra piel.
EL modo de empleo es (dependiendo de la paastosidad que presente) humedeceral algo o no, y a continuación masajear en círculos la piel. A continuación podemos dejar actuar durante unos minutos y posteriormente aclaramos mejor con agua tibia para retirar todolo pegajoso.
Miel mezclada con yogur natural.
Esta mezcolanza aporta frecura a la piel e hidrata. Se prepara vertiendo en un bol el contenido de un yogur y cuatro cucharadas de miel. Posteriormente revolvemos la pasta para que quede homegeneizada y así podemos aplicarla y dejarla actuar durante 30 minutos.
Miel aplicada como apósito.
Si tenemos algunas lesiones cutáneas como heriditas, cicatrices, granos etc. podemos aplicar pequeños pegotines de miel sobre las zonas localizadas. Esto suele actuar regenerando la piel en estas zonas.
Miel con Limón contra la grasa.
Otra posibilidad de la miel es mezcarla con jugo de limón y aplicarla en pieles grasas (o con acné) esta mezcolanza hace que la miel cure y regenere y el limón "seque" el exceso de grasa. Ojo probad primero y no abuséis del limón porque sino no puede picar mucho por la acidez, y se os puede enrojecer la piel, lo digo por propia experiencia que a mí me ha pasado así que mejor probad con medio limón.
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