Muchas personas no consideran a las abejas como otra especie de ganado más, sino como un animal salvaje al que se diezma su población y su producción en beneficio de la especie humana, recordandonos a la acción de recoger setas en el campo, a la pesca o a la caza por ejemplo. Pero incluso considerando esta analogía podemos reflexionar que los tiempos están cambiado nuestra actitud con estas criaturas de la naturaleza y por ejemplo plantamos plantas micorrizadas en terrenos parcialmente modificados para hacerlos aptos para la proliferación de ciertos micelios, liberamos alevines en los rios y aseguramos zonas con grava donde puedan desovar los adultos y llegamos a alimentar a los ciervos desde elicópteros durante los rigores del invierno para asegurar su supervivencia y aumentar los frutos esperados en un futuro.
El bienestar de la colmena depende en buena parte de su sanidad, de sus reservas alimenticias(miel y polen) y del tamaño de su población.
Quién de nosotros no ha tenido un amigo, un familiar o alguien cercano al cual se le hubiese catalogado de “zángano”, indicando como equivalencia una persona floja y que no aporta absolutamente nada.
En un país multicolor había una abeja bajo el sol...
Y ahora, casi cuarenta años después, vuelve a la televisión española (en abierto, porque ya fue estrenada en Nickelodeon) en Clan, animada íntegramente por ordenador y con el mismo propósito de siempre: llevar a los espectadores más jóvenes a un maravilloso mundo de amistad, naturaleza e insectos.
Mis niños alucinan cuando ven esos episodios intemporales del remake de la Abeja Maya, es cierto son geniales y entre sus capítulos tiene la virtud de describir a la perfección la mayoría de los comportamientos que presentan las abejas melíferas en las colmenas.
Las colonias de abejas en EE.UU. descienden cada año con tasas de mortalidad anuales de alrededor del 30 por ciento. El menor número de abejas para polinizar las frutas y vegetales podrían desencadenar en el futuro un colapso agrícola.