lunes, 23 de julio de 2012

REPORTAJE "SALIR DE LA MINA " DIARIO DE LEÓN "JULIO 2012.

APICULTURA
 
«Tenemos que crear redes entre las empresas y aprovechar las sinergias»
 Ana Gaitero | buiza 22/07/2012
 
Para Santiago del Pozo, veterinario, las abejas eran un hobby hasta que descubrieron que su abuela era alérgica. Con el tiempo se casó con una leonesa con raíces en Buiza. La afición de su suegro por la apicultura, un ganadero que le regaló un enjambre y un curso impartido en el programa de formación a emprendedores de la Reserva de la Biosfera le han permitido recuperar su pasión y montar una empresa con su esposa, Flor González Díez.
 
Dealia Natural, que lleva la foto de su hija en los tarros, cuenta ya con 100 colmenas en Buiza y produce unos 2.000 kilos de miel al año, cantidad insuficiente para un sueldo. «Cuando tenga 300 o 400 colmenas podré contratar a alguien a tiempo completo», precisa. Fue Urbano González Escapa (Urzapa) quien le animó a iniciar la explotación apícola durante el curso. A Santiago del Pozo se le nota que la apicultura es más que una afición. «Cada colmena es una casita de madera que alberga entre 10.000 y 60.000 obreras, la reina y los zánganos para fecundarla. Además de la miel, de la colmena se obtienen jalea, propopóleo y cera. Todos estos productos son usados por las abejas en el enjambre. «Con la cera crean los panales hexagonales, con el propóleo las resinas para pegar los cajones de la colmena y con la jalea real las obreras alimentan a la reina y a sus crías en los primeros días. El sabor y el color de la miel depende de las floraciones», aclara Ahora investiga la posibilidad de obtener el veneno sin matar a las abejas. «Un kilo se paga a 90.000 euros para usos farmacéuticos y se cree que los apicultores viven una media de tres años más al resto de la población debido a los «beneficios» del veneno», agrega. Porque con traje protector y todo, las abejas «pican y duele El futuro de las pequeñas iniciativas empresariales que han surgido o se mantienen en la comarca pasa, a su modo de ver, por «colaboración entre todos»: restaurantes, turismo, apicultores, fábricas de embutidos. «Se trata de crear redes y aprovechar las sinergias», matiza.
 
La Asociación de Empresarios es un buen comienzo para trabajar en esta línea. La ley exige un mínimo de 350 colmenas para convertirse en agricultor a título principal. Del Pozo mantiene su trabajo como veterinario en las explotaciones ganaderas de la margen derecha del Esla en el sur de León. Cuando se le pregunta por el problema de la minería afirma: «Si fuera sólo la minería... Está todo el país igual. La ganadería está fatal, los ganaderos están asfixiados». Comprende las movilizaciones de los mineros, aunque cree que son el «último eslabón de una cadena» en la que «los que se lucran son las empresas energéticas». Sin embargo, es de los que creen que «el impacto económico de la minería es relativo», sobre todo porque ahora «muchos mineros y prejubilados viven en León». Asimismo, echa en falta iniciativa empresarial entre este sector.

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